Domingo 19 de abril / 20:00 horas, Teatro de la Ciudad

 

Foco alAire producciones se ha configurado como una compañía cuyo trabajo creativo está sustentado en la reflexión y el cuestionamiento de la representación escénica, y el papel que juega en ella el lenguaje del cuerpo.

 

La escena se convierte en una especie de texto abierto para vincularse de manera directa con el público. Se busca la conexión profunda entre el fondo y la forma dentro del proceso creativo, y se recurre a elementos diversos del arte contemporáneo. En escena la conjugación de elementos y objetos imprescindibles dan como resultado un sello original en cada una de las puestas en escena.

 

Sus directores, Marcela Sánchez Mota y Octavio Zeivy, ganadoron el Premio Nacional de Danza 2012 con la pieza LOStheULTRAMAR. Recientemente han sido invitados a festivales internacionales de teatro, con lo que cumplen su anhelo de estar presentes en otros ámbitos de la escena actual. Su compañía Foco alAire producciones fue fundada en Alemania en 1999. Desde entonces, han obtenido numerosos reconocimientos nacionales e Internacionales, así como la participación en diversos foros internacionales como el FIBA de Buenos Aires, Argentina, además de presentarse en Holanda, Japón y Alemania.

 

El inicio del trabajo de Sánchez Mota y Zeivy en conjunto, ha dado como resultado: la pieza Idea de una pasión con más de 50 representaciones; LOStheULTRAMAR, obra ganadora del XXXII Premio Nacional de Danza INBA-UAM-UNAM y La audición, producida con apoyo del Fonca, a través del Programa de fomento y coinversiones culturales 2014, las cuales son testimonio de la práctica emprendida en los últimos años.

 

Actualmente, la compañía ofrece dos producciones activas de su propuesta artística, que tienen la fortuna de contemplar al mismo elenco: LOStheULTRAMAR y La audición.

“La vida del espíritu no es la vida que se espanta de la muerte y que se mantiene pura ante la desolación, sino la que soporta la muerte y se conserva en ella”.

Metafísica del arte. Hege

 

LOStheULTRAMAR

De Ultramar venimos, señores. Traemos un fragmento del mundo global. Somos un pedazo de otro mundo que fusiona lo viejo y lo nuevo, que fusiona razas. Ancestros y modernos en uno solo.

 

Recibimos los ecos de la ciencia que rebota en nuestras fiestas coloridas y nuestras muertes blancas, señores. Traemos nuestros “guajes” o calabazos, nuestros símbolos viriles para fecundar al mundo, señores. Traemos nuestras cabezas y nuestros pensamientos atrapados en las pantallas de lámparas industriales: alienados, señores, en nuestro cuerpo, alienados de nuestras mentes. Los de Ultramar, señores, somos mestizos. Somos amalgamas. Para ustedes, señores, caminamos en el asfalto citadino y miramos a los dioses con los mismos ojos del pasado, con el mismo instinto ancestral.

 

Vestimos de luto con trajes elegantes que fusionan nuestras culturas. Somos, señores, hombres divididos y enajenados por lo ultramoderno, por el futuro que nos engulle y por el acto tribal que se atraganta, al mismo tiempo, de lo nuevo y lo tradicional. Con la mirada de frente bailamos, decimos, gritamos. Sobrevivimos al mundo que nos paraliza el gesto para seguirnos de frente. Con el puño cerrado, miramos, seguimos.

 

Bailamos para alcanzar lo inalcanzable, lo que ya no somos. Traemos la muerte íntima para vivirla en procesión, en ritual perpetuo. En una ida y vuelta al infierno, a lo eterno. Alienados danzamos para trastocar la soledad y el terror que se repite hasta el cansancio mientras nos dicen quedo al oído que el progreso nos hará más libres. Pero nosotros sabemos que no es así: nosotros y los demás seremos autómatas si creemos que somos libres porque decimos lo que pensamos cuando no pensamos.

 

Vamos contra lo que deshumaniza y nos deja huérfanos de espíritu, ciegos y deshermanados. Buscamos lo que engarza el alma y el cuerpo. Caminamos por el canal subterráneo del mundo para encontrar al hombre total con el espíritu sediento de poesía, de danza vuelta instinto y forma de vida. Buscamos al espíritu ebrio por el sueño, la alucinación y las formas primigenias del yo para ahondar en los orígenes míticos del hombre. De Ultramar venimos, señores.

 

MSMota

 

La audición
“La audición”, prestidigitadores de imágenes (G. Garcin), en esta propuesta escénica, sus directores Marcela Sánchez Mota y Octavio Zeivy se han planteado la recreación de imágenes ficticias y metafóricas para ofrecernos su particular visión de la escena. El juego de sustraer la voz de cantantes únicos y memorables para crearlos, animarlos, darles vida a través de la interpretación de otro ser, de otro cuerpo vivo. La suprarrealidad que deja al desnudo a las almas y los cuerpos que viven tan solo a través de una voz que no es la suya.

 

El canto como un elemento perturbador del entorno y de los observadores para exponer, de manera cruda, la tremenda fragilidad del ser humano y la reverberación de sus deseos.

Una pieza que nos coloca en la paradoja de dar vida a las imágenes inanimadas y revivir lo que ya no tiene cuerpo: una voz. Es así, como el poder del canto y de los cuerpos, junto con la luz, la fotografía y los espacios provocan el universo en donde las ideas imposibles son posibles.

 

Al abordar una estética muy particular, Sánchez Mota y Zeivy, han continuado en la incursión de la transdisciplina como una necesidad imperante de enriquecimiento de su proceso creativo interno. El laboratorio creativo está sustentado por el trabajo de interpretación como el elemento fundamental de esta obra y, por ello, una amplia incursión creativa de sus intérpretes. Como en otras obras, se han planteado el abordaje de otras disciplinas como fuentes de inspiración pues, de esta manera, su búsqueda se expande hacia otros derroteros. En este sentido, en sus obras podemos vislumbrar que la imagen escénica es trastocada por elementos usados en las artes plásticas, el cine, el diseño sonoro, el video, el canto, la fotografía, entre otros, para rebasar sus propios horizontes.